EL HOMBRE Y EL PERRO



 

Por Mohamed Saïd Raïhani

 

 

Traducción del árabe: Hassan Ziani

 

 

 

Los guardias de la cárcel se preguntaban por el motivo de la implicación de un perro con un detenido en una sola celda. Se dieron cuenta después de que el perro no había querido separarse de su dueño, que se desmayó en el tribunal al oír la sentencia de cadena perpetua y condena a trabajos forzados. 

Mientras los guardias repartían el plato de comida y un trozo de pan debajo de las puertas de los prisioneros, observaban la puerta de la celda para ver la reacción del hombre y el perro al recibir la comida. 
Al principio, el hombre comía el pan mojado en la salsa y dejaba los huesos al perro. 

Con el paso de los días, al repartir carne de búfalo salado a los prisioneros, el hombre pasó a comer carne y a dejar los huesos al perro. 
Cuando la administración permitió el reparto de carne de pollo al restaurante de la cárcel, el hombre comía el pollo y dejaba los huesos al perro. 

Cuando el restaurante preparó a los prisioneros carne picada, con motivo de la llegada de una delegación extranjera de una organización de Derechos Internacionales, el hombre comió toda la carne picada y no dejó nada para el perro que no dio crédito a lo que estaba viendo, 

Y que se quedó callado un largo rato mirando a los ojos de su amigo, 

Y que se quedó esperando con dolor en las tripas, 

Y que le vino un ladrido enfurecido, 

Y que se tiró encima de su amigo.

Y que se lo comió. 

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